La concentración en el líquido cefalorraquídeo alcanza hasta un 20 % de la concentración plasmática, pudiendo aumentar en caso de inflamación meníngea.
Se producen en pleno parénquima (hemorragia cerebral, pancreatitis aguda hemorrágica) o en las cavidades libres, por ejemplo espacio subaracnoideo (hemorragias meníngea), pleural (hemotórax), pericárdico (hemopericardio), peritoneal (hemoperitoneo) y articular (hemartrosis).