Inspirándose en las plantas, que utilizan pequeños cambios en la presión interna para estirarse hacia el sol, los ingenieros diseñaron helióstatos que utilizan aire comprimido para girarse.
El enlentecimiento de los movimientos voluntarios es progresivo, esencialmente en la iniciación a la marcha, al girarse en la cama o en la destreza manual que produce micrografía.