No hay paradoja: lo que llamamos crisis es el producto de los remedios y medidas tomadas para superar la insolvencia financiera prohijada por la corrupción cleptócrata.
Eso es absolutamente fundamental porque, si no, el sistema es el que queda dañado y el que puede aparecer prohijando todos estos crímenes, delitos monstruosos, asegura.
En otros casos, las prohijamos en ciertas ciencias e ideologías, mezclando mentiras con verdades para confundirnos, o para ocultar la mentira bajo el tibio manto de la verdad.
El exceso de regulación, sobre todo respecto de las actividades particulares se vuelve sinuoso, tortuoso y difícil, lo que prohija la corrupción en la burocracia.